lunes, 12 de marzo de 2012

Vacío


Josefina Vázquez Mota, mientras tanto, se quedaba en el vacío. Embarcada por algún estratega amateur o por interno fuego amigo, en la aventura de hacer una toma de protesta en el Estadio Azul como para demostrar que el partido de blanco y azul ha aprendido lo suficiente de la historia de adulteraciones del de tres colores, naufragó de manera escandalosa, primero por el derroche de recursos para un inocultable acarreo en busca de llenar el mencionado inmueble (lo que no logró), luego por el desaire altamente significativo de la mayoría de esos acarreados, que fueron dejando el estadio mientras ella ensayaba con ríspida voz sus dotes de motivadora insustancial y rendía protesta con sabor a soledad y, finalmente, por su intento desvalido de negar el abandono documentado ampliamente en medios visuales y aferrarse a la torpe pretensión de que lo importante había sido el lleno que según sus siempre sonrientes suposiciones se había producido en el Azul, sin detenerse en el hecho fundamental, el determinante, de que ese presunto auditorio repleto se había deshecho ruidosamente mientras ella trataba de asumirse como líder y candidata de esos súbitos mutantes de colocación. Julio Hernández en Astillero.

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